Cloud computing significa almacenar y acceder a datos y programas a través de Internet en lugar de hacerlo directamente al disco duro de nuestro ordenador.
1. ¿Qué es cloud, cloud computing y cloud storage?
En términos prácticos, tanto cloud como cloud computing son términos que se utilizan para describir el concepto de almacenar y acceder a la información en Internet, generalmente a través de servicios de terceros. Esto abarca todo, desde los servicios de Google (Gmail, Google Drive, etc.) a Dropbox, aplicaciones de facturación, CRM, etc.
Especificando más diríamos que mientras que cloud es Internet en general y nos referimos a ella cuando hablamos de tener datos, aplicaciones o infraestructura fuera de las instalaciones de nuestra empresa, cloud computing nos habla de los productos y servicios que funcionan en la nube (cloud) y los cuales podemos acceder a través de Internet. Se refiere al acceso a ordenadores, otros elementos de TI y aplicaciones de software a través de una conexión de red, a menudo accediendo a centros de datos utilizando redes de áreas extensa (WAN) o conectividad a Internet.
Casi todos los recursos de TI pueden estar en la nube: un programa o aplicación, un servicio o una infraestructura completa. Por ejemplo, si un negocio quisiera construir una infraestructura de TI, lo habitual sería instalar los servidores, el software y los recursos de red que necesita. pero casi todos esos servicio y recursos ahora son accesibles a través de terceros que los ofrecen en la nube.
Con la expresión cloud también se hace referencia al sistema de almacenamiento, es lo que se conoce como cloud storage, un modelo que permite guardar los datos en agrupaciones lógicas, que necesitan también de una ubicación y entorno físico, el cual suele gestionarse por la empresa proveedora de almacenamiento propietaria. Es ella quien deberá mantener los datos disponibles y accesibles, y el entorno físico protegido y en funcionamiento, puesto que así se compromete con quienes compran o alquilan capacidad de para almacenar datos de usuarios, organizaciones o aplicaciones, ante quienes aparece como responsable.
2. SaaS, Iaas, Paas, Faas, iPaaS, iDaaS,…, los diferentes servicios en la nube
El cloud ofrece al negocio todo tipo de posibilidades en forma de servicio, que ayudan a impulsar la mejora de sus operaciones. Sin embargo, no todos los servicios de la nube son iguales, de hecho, pueden distinguirse tres modelos estándar y otras opciones que se han ido incorporando para cubrir las necesidades de una red de usuarios cada vez más familiarizada con el trabajo en este entorno.
Los servicios originalmente asociados al cloud presentan características comunes, aunque, para comprender mejor lo que estos cloud services pueden ofrecer al negocio hay que saber lo que son y en qué consisten:
Software como servicio (SaaS): a través de este servicio la empresa usuaria puede utilizar las aplicaciones del proveedor, ejecutadas en su infraestructura de la nube, sin poder ejercer capacidades de gestión ni control. Si bien ofrece la ventaja de un acceso prácticamente ilimitado y desde cualquier tipo de dispositivo cliente; presenta el inconveniente de que la última palabra sobre cuestiones relacionadas con la propia red, los servidores, los sistemas operativos, el almacenamiento o incluso las capacidades de las aplicaciones individuales la tenga el proveedor de servicios en la nube.
Plataforma como servicio (PaaS): en este caso, la empresa puede desplegar sus propias aplicaciones en la infraestructura de nube elegida. De nuevo, quien administra la infraestructura subyacente en el cloud es el proveedor. PaaS permite evitar el coste y la complejidad de comprar y administrar licencias de software, la infraestructura de aplicaciones subyacente y el middleware o las herramientas de desarrollo y otros recursos; garantizando la escalabilidad, ya que el cliente adquiere los recursos que necesita de su proveedor según lo dicten sus necesidades.
Infraestructura como servicio (IaaS): el proveedor de servicios en la nube otorga a su cliente la capacidad para aprovecharse del procesamiento, almacenamiento, redes y otros recursos de computación fundamentales en base a los cuales pueda desplegar el software de su elección, incluyendo aplicaciones y sistemas operativos. Si bien la empresa consumidora no tiene control sobre cuestiones relacionadas con la infraestructura en la nube, en algunos casos sí podrían cedérsele algunos derechos de control limitado sobre componentes de red seleccionados como, por ejemplo, algunos relativos a la seguridad.